miércoles, 28 de noviembre de 2007

LLUVIOSAS VACACIONES


Después de una semanita, ya estoy de vuelta.
Han sido unos días estupendos. Aunque el tiempo no ha acompañado demasiado, merece la pena visitar Euskadi y Cantabria, gozando de unos paisajes y pueblos preciosos.
Pasamos los dos primeros días en un hotelito que en antaño fue un caserío, en las afueras de Oiartzun(Guipúzcoa). Nunca había dormido en un lugar tan tranquilo, al lado del bosque y rodeada de verdes campas. Despertar allí, en plena naturaleza tiene un encanto especial.
Los tres días siguientes pernoctamos en Bilbao. Desde allí nos desplazábamos por diversos pueblitos.
En Bilbao tuve la alegría de conocer a mi amiga Marieli, la persona más encantadora y simpática que os podáis imaginar. Ella me acogió de una forma sencilla y familiar, pasando un día verdaderamente bonito.
Por la noche estuvimos tomando unos “pintxos” y unos “vinillos”, con nuestros buenos amigos de juventud. Recordamos anécdotas de aquellos bonitos años que pasamos en Bilbao, o sea, fue un día inolvidable.
Hice bastantes fotografías, adjunto algunas como recuerdo de este bonito viaje.
Los que todavía no conocéis Euskadi, animaros. No os arrepentiréis.











domingo, 18 de noviembre de 2007

Vacaciones por Euskadi






Amigos, estaré ausente durante unos días. Me marcho de vacaciones por el País Vasco, lugar donde viví hace años. Lástima que el mapa del tiempo amenaza lluvia, pero es igual. ¿Qué sería el norte sin lluvia?


Hasta la vuelta, un abrazo.


Agur, laster arte!



martes, 13 de noviembre de 2007

Asignaturas pendientes







En la vida todos tenemos asignaturas pendientes, algo que quisimos hacer y nunca llegamos a lograr.
Algunos, quizá nos hubiera gustado estudiar algo especial, algo que en realidad nos agradara, pero no pudimos conseguirlo.
Otros, hubieran deseado viajar a un lugar lejano y conocer nuevas culturas o países exóticos. Otros se quedaron con la ilusión de ser un gran actor o actriz de cine. Otros, quizá poder trabajar en una gran empresa y tener un buen cargo.
Probablemente, alguna vez hayamos pensado que no hicimos nada por alguien que en determinado momento nos necesitaba, en parte éso también es una asignatura pendiente…en fin, tantas y tantas cosas.
¿Tenemos alguna asignatura pendiente?
Los que hemos entrado en la madurez, estamos aún a tiempo de poder realizarla?

sábado, 10 de noviembre de 2007

Recuerdos que dejan huella








AVI JOAN

Cuando llegan a mi mente los recuerdos de mi niñez, una imagen queda reflejada delante de mí: La de mis avis (mis abuelos).
Tuve la suerte de conocer a los cuatro, aunque tristemente a los 7 años perdí a mi abuelo paterno. Todos ellos eran personas maravillosas, pero yo sentía debilidad por mi abuelo materno, Juan José (Avi Joan). Era tanto el afecto que sentía por él, que le prometí que el día que yo tuviera un hijo, llevaría su nombre. Afortunadamente pude cumplir mi promesa, mi hijo se llama Joan, como mi abuelo.
Del avi Joan aprendí muchas cosas, una de ellas el amor por la poesía, que con gran paciencia me ayudaba a memorizar, (la mayoría todas escritas por él).
Mi abuelo me llevaba a dar largos paseos por el Parque Güell de Barcelona, utilizando dichos paseos para enseñarme muchísimas cosas, que luego me eran de gran utilidad en clase. Jugando aprendí a sumar y a restar. También aprendí a saber las horas del reloj. Él improvisó uno de cartón, con una cajita redonda de quesitos y dos diminutos palitos que hacían de agujas. Sí, solo con una cajita vacía y dos palitos aprendí a saber la hora.
Siempre admiré de mi abuelo su inclinación al estudio y su amor a los libros. A pesar de sus dificultades, nunca dejó de leer
Pienso que los niños que han conocido a sus abuelos, gozan de una inmensa riqueza. Ellos, los mayores, aunque algunos no han tenido estudios, tienen una gran experiencia que ninguna universidad puede enseñar.
Doy gracias a la vida por haber tenido el privilegio de conocer a mis abuelos, ellos formaron parte de mi feliz niñez.



Como el azabache eran antaño mis cabellos,
que ahora parecen una estepa helada,
porque cayó la nieve sobre ellos,
dejando mi cabeza blanqueada.

J.J.B.




sábado, 3 de noviembre de 2007

Nanas de la cebolla



Miguel Hernández, poeta español.

Nació el 30 de Octubre de 1910, en Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español. Hijo de un contratante de ganado, su niñez y adolescencia transcurren por la sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras. Combina esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla y Rubén Darío. Empieza a escribir sencillos versos a la sombra de un árbol, realizando sus primeros experimentos poéticos. Al iniciarse la guerra civil española, Hernández se afilió al Partido Comunista y se alistó en el ejército republicano, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Pasó por las cárceles Madrid, Ocaña y Alicante. En este tiempo se le declara una tuberculosis pulmonar aguda. Antes de morir, enfermo y detenido, publica su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias».

Falleció el 28 de marzo de 1942 a los treinta y un años de edad.

Entre los poemas de Miguel Hernández, tengo especial predilección por “Nanas de la cebolla”, dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su esposa, Josefina Manresa, en el que le decía que no comía más que pan y cebolla, mientras amantaba a su pequeño.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Miguel Hernández