jueves, 26 de julio de 2007

Tristesa per la mort d'una companya



Mercè,
Ja has pujat al cel companya meva. Vas estar a Lourdes, entre nosaltres, només fa dues setmanes; semblaves feliç, malgrat la teva greu malaltia.
Et vaig veure una nit a la gruta, estaves amb els ulls fixos, junt les espelmes que oferim, a la vora de la Verge. Hagués volgut abraçar-te, però et vaig deixar en la teva intimitat.
També jo pregava en aquell instant , ple de pau, però també de dolor.
La teva serenitat admirable, el teu somriure, la teva mirada...un exemple de fortalesa, d’una gran dona...d’una voluntària.
Per què Déu t’ha cridat tan aviat? ? Per què no t’ha deixat més temps entre nosaltres?
Adéu-siau Mercè. Sempre estaràs en el nostre pensament. Les teves companyes de Lourdes mai t’oblidarem.

miércoles, 18 de julio de 2007

País Vasco



¿Que puedo decir del País Vasco y concretamente de Bilbao ?

Puedo decir, que fue la tierra que me acogió cuando dejé mi querida Barcelona, en el año 1969, para empezar una nueva etapa de mi vida.
Nunca me sentí una extraña en Bilbao, es más, fue lo mejor que me podía ocurrir en ese momento: Conocer a gente nueva, con un carácter estupendo y acogedor.
Hice excelentes amigos que llegaron a ser como mi propia familia. Nunca sentí la soledad, a pesar de estar lejos de mi tierra.
Allí nacieron mis dos hijos, un motivo más para tener un cariño especial a mi Euskadi del alma.
La belleza del Cantábrico, las verdes campas, los caseríos… sin contar su gastronomía! Que bonito es el País Vasco!


Eskerrik asko, Euskadi
Agur, laster arte!

lunes, 16 de julio de 2007

Recordando a unos buenos amigos



En la peregrinación a Lourdes en Octubre del 2004, casualmente, mi amiga Teresa y yo conocimos a dos personas de Madrid: Juanjo y Pedro.
Cuando todas las hospitalidades de Cataluña iban a celebrar la Eucaristía, ellos estaban allí. Enseguida se ofrecieron a colaborar con nosotras e incluso nos pidieron agregarse a nuestro grupo en la Procesión de las Antorchas, en la que íbamos a asistir esa misma noche. Fueron puntuales a la cita y les faltó tiempo para atender a nuestros enfermos y llevarlos en sus sillas de ruedas.
Recuerdo que estaban impresionados por lo que allí vieron y estoy segura que esas imágenes les quedaron grabadas para resto de sus vidas.
No hemos perdido el contacto con ellos, aunque solo sea por email. Sabemos que no han olvidado esos días en Lourdes, donde empezó una buena y fiel amistad.
Gracias Juanjo, gracias Pedro!
¡Hasta siempre, amigos!